Cuando hablamos en mi casa de parejas, novios y demás, mi madre dice que tengo mucha suerte porque siempre doy con personas que me quieren mucho. Ella no sabe que alguna vez me crucé con alguno que no me quiso tanto...
Visto con distancia me doy cuenta de que en algún momento me empeñé en que cosas que no eran nada fueran mucho... y ahora me parece que aquella no era yo.
Sin embargo, una vez me empeñé en que lo que si era algo no fuera nada... y terminó por serlo todo!
La vida está llena de casualidades, y lo nuestro fue una más: que un extremeño que vivía en Madrid viniera a Oviedo y que una que no salía se pusiera un vestido rojo para un cumpleaños. Que el extremeño viera ese vestido y lo siguiera de un sitio a otro. Que congeniaran, que hablaran toda la noche... y que esas navidades fueran ya las primeras juntos... es todo una gran casualidad!
Los dos pensamos que nos conocimos justo en ese momento en el que no nos apetecía romper nuestro pequeño mundo para adaptarlo a nadie, salvo que ese "intruso" valiera mucho la pena... pero todo ha sido tan fácil, y " cuando el amor es fácil es que eso es amor", que no me arrepiento de haber acoplado mi mundo con el suyo!
Muaks! (será por besos)